lunes, 13 de septiembre de 2010

Enjaulada.


Bueno, esta entrada es un poco personal, no es sobre algo que haya investigado o redactado.
En una de mis entradas antiguas ya hablé del "Armario de las Escobas", y lo que voy a comentar a continuación va relacionado con ella.
Como ya dije, poca gente de mi entorno sabe que soy pagana. Por el momento, no tengo más remedio que callar, pues por cuestiones personales, no es el mejor momento para decirlo, al menos, no mientras esté en casa de mis padres. Cuando me emancipe, ya se verá.
No es que tenga la necesidad de pregonarlo a los cuatro vientos, pero es que últimamente me resulta un poco complicado atender a mis creencias, mi espiritualidad.
Aquí la privacidad...es, digamos, limitada. Hay ciertos familiares que no respetan que una necesite un espacio para sí misma, y eso, a la hora de hacer algunas cosas como montar un altar, por ejemplo, es un inconveniente.
Me molesta no poder meditar o hacer una relajación sin que me interrumpan, o tener que andar celebrando los Esbat y Sabats en clandestinidad, con los inconvenientes que eso conlleva.
Tampoco me gusta el no saber si podré celebrar una festividad tranquilamente, o, si directamente, podré celebrarla.
No me gusta tener todas mis herramientas ocultas, y andar con cuidado de que nadie las descubra.
Y muchas cosas más.
Es eso, el estar totalmente limitada a la hora de llevar mis creencias a la práctica. Puede parecer una tontería, pero me resulta frustrante...y muy triste.
Y ahora que voy a empezar las clases, tendré menos tiempo aún, menos ratitos libres que buscar para dedicarlo a mis creencias. Y es algo que me apena.
No me gusta sentir que, por ejemplo, no tengo la comunicación que querría con mis Dioses, que no puedo dedicarles un poco de mi tiempo...
Y es que me siento como un pájaro enjaulado, sin espacio apenas para estirar las alas y mucho menos para volar.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Amarres


Lo primero que hay que saber, es que un amarre es un método mediante el cual, atraemos a una persona a nuestro lado, y hacemos que se “enamore de nosotros”. Aunque no creo que el amor se pueda crear así porque sí mediante magia, por lo que más bien, opino que se crearía una fuerte obsesión hacia la persona que realiza el amarre.
Los amarres, pese a que muchas personas se empeñen en afirmar que son “magia blanca” (la magia, por cierto, no es blanca ni negra, no tiene color), que son benignos, que son naturales, no tienen nada ni de inocente, ni de benévolo.
Son una manera de controlar a alguien en contra de su voluntad, simple y llanamente.
Estoy totalmente en contra de esta práctica, ya que atenta contra la ley del libre albedrío, es una manera de someter, y además, puede hacer mucho daño.
He visto que hay muchísima gente que asegura estar perdidamente enamorada de una persona y necesita un amarre para conquistarla. Bien, creo que estas personas, para empezar, ni quieren ni aman tanto como dicen. Si de verdad quieren a otra persona, querrían ante todo la felicidad del otro, aunque ellos no pudieran proporcionársela.
Además ¿qué clase de persona desea estar con alguien que simplemente está obsesionado a causa de un sortilegio, que en realidad no le quiere?
Si una persona te gusta, la quieres, es mucho más divertido el coqueteo, el intentar ligar, y todas las fases previas antes de comenzar una relación. No ir y ¡zas! Amarre al canto. Eso ni es “legal” ni tiene mérito alguno.
Creo que es importante conocer cómo se hacen amarres, para, llegado el caso, poder romperlos. Así de fácil. Las personas que sepan hacerlos, no deberían ponerlos en práctica en ningún momento, ni enseñar a hacerlos a un tercero que lo pida para atraer a un amor. Sería una irresponsabilidad dar la oportunidad de llevar a cabo ciertas prácticas a personas que ni saben lo que quieren, ni lo que hacen, ni las consecuencias que un sortilegio así puede tener.
Y es que la gente piensa “Ah, un amarre, qué bonito, un hechizo de amor”. Esto no es un juego. Si empiezas algo con magia, es muy probable que tengas que mantenerlo con magia. Y es harto complicado.
Los amarres carecen de toda ética; porque al hacer un amarre, lo primero, como ya he dicho, estás sometiendo a una persona. Lo segundo, estás causando un gran daño, tanto al amarrado, como a su pareja (si la tiene), e incluso a ti mismo. Los amarres, una de las cualidades que tienen, es que hacen sufrir muchísimo a las personas.
Sé de una persona que quería que la enseñaran a hacer un amarre para atraer a un hombre que tenía pareja y un hijo… ¿cómo puede haber personas capaces de estar dispuestas a destruir una familia? ¿Y si es un capricho? ¿Amarrarías a alguien para luego dejarlo?
Lo mejor para entenderlo, es ponernos en la piel del otro: ¿Acaso nos gustaría a nosotros que nos amarrasen, alejándonos de la persona a la que queremos, y obligándonos a estar con alguien a quien no amamos?
Las personas no son propiedad de nadie, no las podemos manejar, ni manipular según se nos antoje. Es duro estar muy enamorado de alguien y que no te corresponda, pero no podemos imponer nuestra voluntad a los deseos de los demás. Recordemos que nuestra libertad termina donde comienza la de los demás.
Bueno…seguro que me dejo mucho en el tintero, pero por hoy, es lo que tenía que decir. Es que me he sentido algo molesta e indignada al ver la cantidad de personas que recurren a estos métodos crueles y mezquinos. Al ver la cantidad de egoísmo que hay en el mundo.
Creo (o más bien deseo) que la Ley del Retorno sea severa con las personas que, por puro egoísmo (e incluso por lucro), practiquen amarres, destrozando familias, y sometiendo a otros.