Poco a poco va llegando el invierno.
La Diosa es Anciana, y nos invita a conocer nuestro lado oscuro, la cara oscura de la Luna, conocer y aprender de la oscuridad, y no solo de la luz.
En la Luna de Noviembre, las celebraciones giran en rededor de aquellos que se marcharon (yo suelo decir que “cruzaron”). Debemos recordarlos, rememorarlos, no desde el dolor de la pérdida, sino desde la gratitud por el tiempo que pasaron junto a nosotros, y de todo lo que de ellos aprendimos. Recordamos no sólo a los humanos, también animales e incluso situaciones, oportunidades pasadas o perdidas….
La Luna de Noviembre, es indicada para “bucear” dentro de ti mismo, hallarte, conocerte. Debemos saber enfrentarnos con nuestra propia oscuridad, no hay que pretender destruirla, sino asimilarla, entenderla y aceptarla, pues no puede haber luz sin oscuridad, y nosotros no somos una excepción.
Debemos meditar sobre el pasado, y sobre nuestras experiencias, para poder ir aprendiendo y creciendo.
Antes de que lleguen los ritos de renovación, debemos terminar de desprendernos de todo aquello que ya no necesitamos, pues el duelo es un paso necesario para poder aceptar las cosas que nos llegan. Podemos llorar todo aquello que perdimos. La finalidad de estos ritos no es otra que la liberación del dolor.
Podemos tomar entre nuestras manos una piedra, una vela, de color negro, y visualizar cómo absorbe el dolor, y lo aleja de nuestro interior, para dejar sitio al conocimiento y a las nuevas experiencias, a la renovación. Si se quiere, puede llevarse la piedra y lanzarla a un río de aguas muy turbulentas, para que la corriente arrastre, llevándose lejos, aquello que ya no queremos con nosotros…
Fuentes:
Wiccanos.com
Mis conocimientos y apuntes.
La Diosa es Anciana, y nos invita a conocer nuestro lado oscuro, la cara oscura de la Luna, conocer y aprender de la oscuridad, y no solo de la luz.
En la Luna de Noviembre, las celebraciones giran en rededor de aquellos que se marcharon (yo suelo decir que “cruzaron”). Debemos recordarlos, rememorarlos, no desde el dolor de la pérdida, sino desde la gratitud por el tiempo que pasaron junto a nosotros, y de todo lo que de ellos aprendimos. Recordamos no sólo a los humanos, también animales e incluso situaciones, oportunidades pasadas o perdidas….
La Luna de Noviembre, es indicada para “bucear” dentro de ti mismo, hallarte, conocerte. Debemos saber enfrentarnos con nuestra propia oscuridad, no hay que pretender destruirla, sino asimilarla, entenderla y aceptarla, pues no puede haber luz sin oscuridad, y nosotros no somos una excepción.
Debemos meditar sobre el pasado, y sobre nuestras experiencias, para poder ir aprendiendo y creciendo.
Antes de que lleguen los ritos de renovación, debemos terminar de desprendernos de todo aquello que ya no necesitamos, pues el duelo es un paso necesario para poder aceptar las cosas que nos llegan. Podemos llorar todo aquello que perdimos. La finalidad de estos ritos no es otra que la liberación del dolor.
Podemos tomar entre nuestras manos una piedra, una vela, de color negro, y visualizar cómo absorbe el dolor, y lo aleja de nuestro interior, para dejar sitio al conocimiento y a las nuevas experiencias, a la renovación. Si se quiere, puede llevarse la piedra y lanzarla a un río de aguas muy turbulentas, para que la corriente arrastre, llevándose lejos, aquello que ya no queremos con nosotros…
Fuentes:
Wiccanos.com
Mis conocimientos y apuntes.
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